CONSUMOPATÍA
La consumopatia se traduce por una entrega desaforada a la
adquisición de cosas innecesarias, plasmada a su vez en la extensión masiva del
consumo y el aumento de raterías y hurtos. Existe un importante sustrato
depresivo, que el enfermo trata de compensar comprando objetos que no
siempre corresponden con su gusto ni su capacidad de adquisición. Como la
bulimia, afecta sensiblemente más a mujeres que a los hombres.
La
sociedad moderna nos sume cada vez más en una especie de torbellino del consumo
a través de los más diversos mensajes que motivan a un comportamiento
consumista. La posesión de tal o cual propiedad se convierte en una verdadera
fuente de felicidad, muy fugaz, nunca está de más recordarlo, pues siempre
existe un modelo más moderno, más funcional, más apetecible que el que tenemos
nosotros. Consumir también es una forma de construir una identidad social
aceptable y por supuesto, ir de compras es una de las terapias preferidas para
controlar la ansiedad o la depresión o el estrés, pero hay un punto donde comprar da una vuelta de
tuerca y se convierte en una patología.
Hoy
se escuchan nuevos términos: compra patológica y compulsiva, consumopatia o
Síndrome de las Compras. Una mezcla explosiva entre los deseos y las
debilidades personales y el impulso de adquisición que viene alimentado por la
cultura donde se desenvuelve la persona.
El
shopping compulsivo es un verdadero malestar psicológico provocado por un
comportamiento caracterizado por las crisis de adquisición.
Usualmente
este trastorno se mantiene oculto y sin diagnosticar hasta que los efectos a
nivel psicológico o económico son verdaderamente catastróficos. Una dificultad
esencial para su diagnóstico viene dada por las dificultades en deslindar la
compra "normal" de la compra patológica ya que los criterios
cuantitativos no resultan de gran ayuda.
Sin embargo, algunas características distintivas de la
consumopatia son:
§ Tendencia a comprar objetos inútiles.
§ Adquisición de objetos que no se relacionan con los gustos
de la persona.
§ Compras que superan el poder adquisitivo.
Normalmente
los artículos que se adquieren responden más a un deseo consciente de
construirse una identidad a través de los objetos, por lo cual suele ser común
que las personas tiendan a adquirir varios artículos de un mismo tipo, como si
intentara organizar un rompecabezas interior. Así, las mujeres son más
propensas a comprar vestidos y objetos de belleza mientras que los hombres
adquieren vestuarios y artículos deportivos u objetos hipertecnológicos en la
búsqueda de reafirmar cierto estatus social.
Una
de las diferencias esenciales entre la adquisición normal y la patológica son
las sensaciones que experimentan los compradores. En el momento de la compra
las personas experimentan sentimientos contradictorios muy fuertes: una mezcla
de deseo de adquisición e intentos de represión. Aunque se han descrito tres fases
que vienen caracterizadas por sentimientos y comportamientos diversos:
1. En
la primera fase se experimenta algo parecido a un estado hipnótico provocado
por el producto. Las personas describen esta fase como una etapa de dudas,
excitación y pérdida del control. En esencia, la persona se enfrenta al
artículo, se siente fuertemente atraída hacia él y comienza a gestar la idea de
comprarlo. A la misma vez surgen los intentos de represión del impulso de
compra, las dudas sobre la factibilidad de adquirir el artículo.
2. La
persona decide comprar el producto y se regodea con esta idea. La segunda fase
se caracteriza por los sentimientos de bienestar y felicidad, una euforia
provocada por la inminente adquisición.
3. La
tercera fase está matizada por el sentimiento de culpa y la vergüenza. La
persona se arrepiente de haber comprado y se percata que cedió una vez más a
sus impulsos. La ilusión que le provocaba la adquisición se rompió y se
enfrenta a su círculo vicioso: atracción-impulso-compra.
Este
círculo vicioso se sustenta en tres categorías de malestar psicológico
que se presentan contemporáneamente:
Como
podrán percatarse los mecanismos de la consumopatia o shopping compulsivo son bastante similares a
aquellas características que muestran las personas que son presa fácil del
juego patológico o de la cleptomanía. El comprador compulsivo siente una
necesidad urgente por la adquisición que se mantiene presionando a nivel
psicológico hasta que es satisfecha. Este comportamiento se repite, se hace
cíclico y normalmente tiende a aumentar su incidencia, sobre todo cuando la
persona enfrenta periodos de estrés. Pero sin lugar a dudas, la peculiaridad
más difícil de eliminar es la adicción a la compra, la persona se hace
dependiente de la adquisición, de la misma forma que podríamos observar
cualquier otro tipo de dependencia. Así, también han sido descritos verdaderas
crisis de abstinencia.
Desgraciadamente
este trastorno viene alimentado por el consumismo propio de la cultura
occidental y crece hasta llegar a adquirir proporciones verdaderamente
grotescas.
La producción, las
estrategias de publicidad cada vez más agresivas y ciertas características de
personalidad pueden ser una mezcla bastante explosiva en algunas personas que
sufren el shopping compulsivo; verdaderas crisis de adquisición incontroladas.
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