lunes, 15 de abril de 2013

MALTRATO INFANTIL EN NICARAGUA


 
MALTRATO INFANTIL EN NICARAGUA
 
La principal forma de agresión a los derechos de los niños en Nicaragua es la falta de cuidados, pues muchas madres dejan a sus hijos "abandonados a su suerte" en su casa cuando se van a trabajar. Cada mes, llegan aproximadamente a la Comuna del pacifico nicaraguense  de 19 a 25 casos de niños abandonados en sus casas por conducto de llamadas anónimas de vecinos.

La violencia física y la violencia constituyen la segunda y tercera formas de maltrato a menores con mayor frecuencia. Lo que sí es evidente es que la conciencia y la participación de la sociedad en este problema tiene mayor fuerza. Las denuncias corresponden de personas de escasos recursos de colonias marginadas especialmente del sur de la ciudad.

La omisión de los cuidados es una forma de agresión a los menores porque al dejarlos solos en la casa se les expone a sufrir un accidente en cualquier momento. En los casos de violencia física contra los niños, la madre también agrede a sus hijos con elevada frecuencia.

Muchas veces ellas no se dan cuentan del daño que causan a sus hijos porque creen que están haciendo lo mejor para ellos. El hombre sigue siendo el principal agresor, pues si le proporcionara a su familia lo que necesita para vivir, la madre no tendría que abandonar a los niños a su suerte para ir a ganarse el sustento.

La falta de tolerancia que muchas mujeres muestran cuando golpean a sus hijos no es más que una muestra inconsciente de que ya no pueden con la carga extra de responsabilidad. Los "instrumentos" que los padres de familia utilizaban para "corregir" a sus hijos, como sogas o cinturones, va quedando en olvido, pues en los últimos año el uso de cables, maderas o colillas del el cigarro son cada día de uso común.

La mayoría de las víctimas del maltrato infantil son niños de cero a cinco años, que no Pueden denunciar la situación en la que viven. Cuando los métodos correctivos son más violentos es que reflejan, en el padre o tutor, un sentimiento de ira profundo contra el menor.

La falta de una figura paterna, la presión de mantener económicamente el hogar y la frustración de no concretar ciertas metas, convierten a la madre de familia en el principal verdugo de sus hijos. Cuando pierden la paciencia, lo único en lo que piensan es en quitar el enojo sin medir las consecuencias.

Debido que el medio cultural de la violencia como método correctivo es común, los padres no se percatan del daño que les hacen a sus hijos al abusar física y emocionalmente de ellos. El exponer a los menores a estos dos tipos de maltratos es ocasionar en ellos conductas agresivas, aislamiento e hiperactividad.  Los padres se aprovechan de que el infante tiene mucho miedo, no entiende lo que pasa o no tiene contacto con otros adultos, como los maestros para contarles su problema. El maltrato también surge cuando la mujer siente que sus hijos han frustrados sus planes. La madre suele ser más agresiva con un embarazo no deseado.

El maltrato físico y psicológico, así como la violación son los hechos más comunes en los que mujeres y niños son las principales víctimas.

Los niños maltratados, generalmente se convierten después en padres que también abusan de sus hijos, de modo que es necesario romper ese círculo vicioso para reducir el problema. Hay mayor conciencia sobre el síndrome del niño maltratado y cada vez son más las personas que hacen a un lado sus temores personales y denuncias esos casos. Hoy en día las escuelas se han convertido en una de las mejores instancias para detectar y denunciar esos ilícitos. Los afectados lo sufren desde recién nacidos hasta la adolescencia, y la mayor parte de las veces son agresiones físicas y el resto de tipo psicológico y emocional.

Los malos tratos o falta de atención durante la niñez y adolescencia, que derivan baja autoestima, son identificados como las principales causas de anorexia y la bulimia, trastornos alimenticios que pueden conducir a la muerte.

De acuerdo a investigaciones, el 95 por ciento de quienes padecen alguna de esas adicciones, sufrieron durante los primeros años de su vida abusos físicos, o el abandono del ser querido, como los padres o la pareja. Es conveniente contar con leyes que obliguen a las parejas que planean contraer matrimonio a tomar cursos sobre la vida conyugal y la educación de los hijos, pues esa preparación evitaría parte de las causas de la violencia intrafamiliar que afecta a los vástagos. La preparación de los padres también evitaría otros problemas, como la procreación de hijos con alguna discapacidad, que ocurre cuando no se toman en cuenta aspectos congénitos.

Este tipo de violencia infantil es producida por la falta de educación de los padres. Los padres de los infantes carecen de nivel educativo, provocando en sus hijos traumas psicológicos y emocionales, los cuales repercuten en su modo de vida.

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